Introducción
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El paisaje
a lo largo del tiempo
“Siendo
ya todas las cosas bien ordenadas
en Ruisafa y aparejada la casa en que había de posar el capitán, me fui,
domingo a doce de Enero [de 1585],
después de misa, hacia Monvedro […] situado en nuestros tiempos a la falda de una
sierra, hacia septentrión, y tiene al raíz de la sierra el río Pallantia,
que viene de las sierras que están en la raya de los reinos de Aragón y
Valencia, cuyas aguas, cuando algunas veces vienen con furia, se echan en
la mar, y si no viene grande, por industria de los moradores se saca en
acequias que riegan todos sus campos y hacen las mieses mucho más fecundas. […] Hacia el levante tiene el mar
Mediterráneo, que al presente está tres mil pasos de allí y no solía estar
en otros tiempos más de mil. Hacia mediodía tiene Valencia, y al poniente
los montes que cuasi todo el reino y campo de Valencia cercan […] Diez años después que fuese ganada
Valencia [en 1248], el rey don
Jaime, viniendo a Monviedro, echó a los moros hacia los pueblezuelos de su
comarca y valles donde hasta ahora están en su ley y modo de vivir, y
repartió el campo a los cristianos viejos que lo habían merecido, cuyos
hijos y descendientes aún guardan la herencia y posesión hasta estos
tiempos. […] Los nuestros, apartándose a mano derecha
del camino, río arriba, vinieron a Teillet [Gilet], lugarcillo de cien moros, donde yo, salido por la mañana a las
nueve, de Monviedro, les había hecho el aposento. En otro lugarcillo,
Potres [Petrés] llamado, que está
frontero en el mismo río, quedó la guarda de costa de su Majestad [Felipe
II]. Entrambos estos pueblezuelos
están junto a las sierras, como dos mil pasos de Monviedro. Corre por entre
los dos el río Pallantia, que riega sus huertas por acequias que de él
sacan”.
Adaptado d’Henrique Cock
(1585), “Anales del año ochenta y çinco, en el qual el rey
catholico de España don Philipe con el prinçipe don Philipe su hijo se fué
a Monçon á tener las cortes del reino de Aragon”, en Morel-Fatio, A. y Rodríguez-Villa, A.
(1876), Relación del viaje hecho por
Felipe II en 1585, á Zaragoza, Barcelona y Valencia, Madrid, publicada
de Real Orden, pág.209-234
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John Talbot Dillon (1780)
“Desde
el montículo divisábamos una
admirable panorámica del valle de Almenara, una especie de bahía aterrada,
circundada por altas montañas y adornada por seis hermosos pueblos que se
elevan en el seno de un bosque de verdes claroscuros variados con multitud
de matices. La larga serie de torrecillas sobre la montaña de Murviedro (en
otro tiempo la fidelísima Saguntum) se orientan hacia el mar desde la
cadena de montañas que corre paralela a la costa y separa el valle de
Almenara del de Valencia […] El verde amarillento de las
plantaciones de moreras
y el más pálido matiz de los olivos, plantados regularmente en campos
luminosos de verdes trigales; esa regularidad de vez en cuando se rompía
por extensos terrenos de algarrobos pardos; aldeas y conventos densamente
dispersos sobre esta gran extensión con innumerables y vistosos minúsculos
campanarios […] Desde aquí hacia Valencia es un
perfecto jardín, tan
denso de árboles que no hay visión hacia ninguna distancia ni por ningún
lado. Aldeas y monasterios cada cien yardas y tanta multitud de gente en la
carretera que sólo vi en la vecindad de Londres. Todos los campos se
encuentran divididos en pequeñas parcelas por canales de riego, obra de
moros, quienes entendían el arte de las canalizaciones con la mayor
perfección. El ruinoso estado en que se encuentran estas canalizaciones
demuestra indolencia y desidia de sus pobladores”.
Adaptado de
John Talbot Dillon (1780), “Travels through Spain with a View to illustrate
the Natural History and Physical Geography of that Kingdom, in a series of
letters”, Letter XII, November 30, 1775; London, 1780, pág.88 y ss.
Traducción de F. Torrijos.
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Antonio Josef Cavanilles (1795)
“Cerca
de dos horas se emplean para llegar
á Murviedro desde Almenara por el camino nuevo. Queda a la derecha y a corta
distancia el valle de Segó, conocido vulgarmente con el nombre de Valletes
de Molvedre, y por todas partes se ven robustos olivos y algarrobos sobre
un suelo rojizo de marga arcillosa. El término general de Murviedro […] abraza muchos montes, cerros y
barrancos, cuyas diferentes posiciones proporcionan sitios para variar los
frutos, siendo lo restante llanuras que se extienden hasta el mar. Pocos
términos hay en el reino mejor cultivados, ni con mayor número de
utilísimos árboles; mas por la escasez de aguas no corresponden los frutos
al trabajo ímprobo, y a los conocimientos agrarios de los naturales […] Lo más frondoso, y acaso lo más útil del término general de
Murviedro, es el
corto valle de Segó contiguo a Almenara, y cerrado al poniente por montecitos
calizos. Muy cerca de 1000 vecinos, en gran parte aumento de este siglo,
cultivan aquél corto recinto, sembrado de lugares que forman una hermosa
vista. Muchos hubo en tiempo de los moros, de los que quedan aún restos o
memorias […] El monte de Murviedro es de poca altura, y escarpado al sureste,
terminándose por las demás partes en cuestas, que comunican por el rumbo
occidental con los montes de la Calderona, y por el septentrional con los que
corren hacia Almenara; […] Se halla la villa a la derecha del Palancia, en la raíz y falda oriental
del monte. En 1749, solamente tenía 938 vecinos y hoy cuenta ya 1.515.
Débese este aumento al progreso de la agricultura y los cerros y montes
abandonados antes, hoy se cultivan con esmero […] Las llanuras que por
una hora se extienden hacia el mar, como también las que se prolongan hacia
Puzol, deponen a favor de la industria y aplicación de los vecinos, y al
mismo tiempo, hacen desear se efectúe el proyecto del riego general […] Los demás pueblos del término
general de Murviedro, ocupan las riberas del Palancia. Los cerros que desde
el monte mayor de Portaceli se prolongan hacia el oriente, forman dos
cortos valles: en el meridional están Gilet, Petrés, Albalat y Estivella; y
en el septentrional, la
Baronía de Torres-Torres. El suelo es desigual, bien que
con algunas llanuras, y la tierra que provino de las repetidas pérdidas de
los montes es roja y gredosoarenisca”.
Adaptado de Cavanilles, A. J. (1795), “Observaciones
sobre la Historia
Natural, Geografía, Agricultura, Población y frutos del
Reyno de Valencia”, Madrid, Imprenta Real, pág.118-128.
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La partida de El Fornàs en 1900
“A
principios del siglo XX […] antes de la llegada del ferrocarril de la Cía. Minera de Sierra
Menera, el paisaje litoral saguntino, desde el Grau Vell (al sur) hasta el
delta interior del río Palancia (al norte) tenía una fisonomía muy distinta
a la actual. Una playa de cantos y arena discurría entre la desembocadura
del Palancia y el Barranco del Carraixet (próximo a Valencia), sin más
interrupciones que las estrechas golas por las que las marjales desaguaban
al mar. La marjal, un terreno pantanoso recuerdo de una antiquísima
albufera, estaba cultivada de arroz, sobre todo alrededor del Grau Vell. El
arroz y sus campos inundados, insalubres muchas veces, alejaban a Sagunto y
sus extensos campos de viñas de su playa. […] Donde hoy se alzan el área industrial y urbana de Puerto de Sagunto, en 1900 estaban las partidas agrarias de
La Vallesa
y El Fornàs. Éstas, como el resto del término municipal de la milenaria
ciudad, estaban ocupadas por la viña, que (junto a los cultivos hortícolas)
se regaba con las aguas del río Palancia. El secano, plagado de algarrobos
y olivos sostenía una modesta cabaña ganadera, la típica de una agricultura
atrasada y pobre: caballos, mulas y asnos, para tiro y arrastre, y cabras y
ovejas como complemento alimenticio. De ahí que el poblamiento en esta área
fuera disperso, pues se basaba en las alquerías, casas de labranza. Lo más
parecido a un poblado en esta zona sería el pequeño conjunto de dichas
granjas surgido en torno a un pozo o un cruce de caminos, como la propia
Alquería de la Vallesa.
[…] El terreno necesario para el muelle y demás instalaciones que
planeaba Sota
eran unas 66
hectáreas ubicadas en la partida de El Fornàs, al
norte del camino de La
Vallesa. Era un espacio formado por 86 parcelas de escaso
valor económico debido a la naturaleza marjaleña del subsuelo. El proyecto
de Sota venía, pues, a revalorizar estas fincas veraniegas de la burguesía
terrateniente saguntina. Así lo entendió el abogado local Fausto Caruana
Aloy (1897-1945), quien hizo de intermediario entre Sota y los propietarios
de los terrenos. La gestión debió ser plenamente satisfactoria para el
empresario vasco, porque desde el primer momento aquél letrado estuvo al
servicio de la CMSM
y, desde 1917, de la Compañía Siderúrgica del Mediterráneo”.
Adaptado de Ortiz, A. - Prats, J. M. (2002), “El Puerto 1902-2002: crónica de
un siglo. Los lugares de la memoria”, Puerto de Sagunto, Martínez
Impresores, capítulo 1.
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El paisaje en la
actualidad
“Sagunto es una de las
ciudades más importantes del arco mediterráneo y en particular, de la provincia de Valencia. Y
esto no sólo por sus más de 60.000 habitantes, sino también por su historia, agricultura,
industria y por tener un puerto comercial y unas bonitas playas […] Es
una peculiar ciudad formada por dos
núcleos de población […]. Por una parte, el núcleo histórico, donde se encuentran […] importantes vestigios íberos y romanos […] y
por otra, el núcleo costero (Puerto Sagunto), surgido
hace algo más de cien años, enclave estratégico para la industria. […]
Casi toda la superficie
agrícola se dedica al
monocultivo de cítricos. Por contra, las zonas pantanosas de las marjales
litorales (no aptas para el cultivo de la naranja por la alta salinización)
que tiempo atrás se dedicaron al cultivo de arroz, actualmente se utilizan
para el de hortalizas (tomate, alcachofas, etc.). El cultivo de algarrobo se
encuentra en fase de regresión y el cultivo y explotación del viñedo, que
durante el XIX supuso una de las bases económicas de Sagunto y su comarca,
tiene una presencia en la actualidad testimonial, al igual que el cultivo del
olivo […]
El fuerte desarrollo urbanístico y económico de la
ciudad, en especial de su área costera, ha ocasionado unas fuertes
revalorizaciones de los terrenos en otro tiempo dedicados a la agricultura
por la alta burguesía saguntina. Esto ha traído como consecuencia no sólo la
rápida desaparición de estos espacios naturales, que han sido sustituidos por
nuevas zonas urbanas de primera y segunda residencia, sino también, una mayor
implantación del sector servicios en esta histórica ciudad.
Frente a un sector agrario en clara decadencia […], Sagunto dispone de un tejido industrial de gran trascendencia para
la economía de la ciudad. […]
La industria saguntina fue monolítica hasta 1986,
año en el que se produce el cierre de Altos Hornos del Mediterráneo […]
fruto de una reconversión siderúrgica […]
En la actualidad Sagunto dispone de unas instalaciones portuarias en
pleno proceso de ampliación y de varios parques industriales (SEPES e
INGRUINSA), a la vez que otros en proyecto, como PARC SAGUNT (15 millones
de metros cuadrados) y CAMI A LA
MAR. Así mismo, está en construcción una terminal de
regasificación liderada por Unión Fenosa”.
Adaptado de la
Web campdemorvedre.com allotjada en http://www.valencians.com/weblinks-visit.lid-2861.htm
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