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PATRIMONIO INDUSTRIAL DE PUERTO DE SAGUNTO

Itinerario didáctico multidisciplinar

Nueva imagen (90)

Introducción

Geografía

   El paisaje físico

   El paisaje humanizado

   El paisaje a lo largo del tiempo

Cuaderno de campo

Video-bibliografia

 

 

Casino de productores de AHV

 

En 1921 la Compañía Siderúrgica del Mediterráneo (CSM) acabó el conjunto arquitectónico de la Gerencia, un espacio trapezoidal y cercado situado entre el poblado y la factoría, e integrado por la ciudad-jardín con chalés para los ingenieros, el edificio de Oficinas y, a pocos metros de éste, la Casa Gerencia, que fue la residencia del propietario de la CSM, Sir Ramón de la Sota,  durante sus estancias en el Puerto de Sagunto. Junto con las Oficinas Generales forma parte del frente norte de la Gerencia, el que mira a la población.

 

Se trata de un edificio cuadrangular de dos plantas y semisótano, con un cierto aire ferroviario en su exterior, levantado en torno a un patio interior porticado, que fue empleado como zona de baile, y hoy está cubierto. Su decoración y sistema constructivo son similares a los del edificio de Oficinas; en suma, emplea unas recursos estéticos sencillos y utilizados también en otros edificios de la fábrica, como la combinación de materiales y texturas: zócalo de piedra de bloques de tipo sillar y cara exterior rústica; muros de mampostería enfoscados y revocados donde también se combinan la piedra (de sillares son la sencilla cornisa, la moldura que separa las dos alturas del edificio y los arcos escarzanos de las ventanas) y el ladrillo rojo macizo (éste en los machones de las cuatro esquinas, rematados con bolas de piedra). Estructuralmente, y al igual que las vecinas oficinas generales, es una construcción de pilares y forjados de hormigón armado (macizada con la combinación de materiales arriba reseñada).

 

Sobre el patio interior, cabe añadir que en la planta baja los pórticos variaban según la orientación: el lado este estaba porticado con arcos de medio punto, mientras que los este y sur eran adintelados sobre pilar; por su parte, el lado norte, el del acceso principal, también en arco semicircular, no estaba porticado. En cambio, en la planta alta, los cuatro lados estaban porticados en arco.

 

El revoco del muro simula en la fachadas principales (norte y este) una parcelación en sillares, que desaparece en los lados oeste y sur. Además, en el discreto y poco visible lado sur, a partir de los desperfectos producidos, se comprueba que tanto la moldura de separación entre pisos como los arcos rebajados son realmente de ladrillo cubierto por un mortero de cemento que simula la piedra (ver foto), al igual que ocurre en los dos chalets (B1 y E) que presentan incrustaciones de sillería también fingida. Es decir, sólo las fachadas más visibles desde la población (las norte y este), que por tanto son las que asumen la representatividad de la empresa, tenían el mejor y más caro acabado.

 

 

Cuando en 1940 la sociedad Altos Hornos de Vizcaya (AHV) absorbe a la CSM, la Casa Gerencia se convierte en alojamiento provisional de los ingenieros vascos solteros que llegaron al Puerto, función que seguirá cumpliendo su segunda planta hasta el cierre de la siderurgia en 1984. En diciembre de 1941, bajo el auspicio del director-gerente Jerónimo Roure, se habilitó parte de la planta baja como biblioteca y se convirtió en el Casino de los Empleados de AHV, es decir, en el lugar de ocio privilegiado para los cuadros directivos que vivían en la ciudad-jardín.

 

Podemos diferenciar dos etapas en la evolución de esta institución:

 

a) Casino de Empleados y Junta Pro-cultura de AHV (1941-1968). Puede considerarse una obra personal de Jerónimo Roure, apasionado de la música clásica y de la lectura, hasta su jubilación en 1963. Aunque el Casino se convirtió en referente cultural de todo el pueblo, esta fase se caracteriza por un marcado elitismo: los obreros no pudieron disfrutar de sus actividades culturales y los empleados de la CMSM no pudieron formar parte de su junta directiva hasta 1949. Un carné de socio franqueaba la entrada. La librería “Universal” servía regularmente los tomos de la enciclopedia Espasa y su colección literaria Austral y el propietario del “Café Musical” se hizo cargo del servicio de bar. A propuesta del gerente de AHV Eduardo Merello, se nombran socios de honor a personalidades locales del régimen franquista de entonces: el teniente de alcalde, el jefe local de Falange, el jefe de la Policía Armada, los comandantes de la Guardia Civil y de los Carabineros, el Ayudante de la Comandancia de Marina de Valencia y el administrador de aduanas. Las personas que ejercían estos cargos, automáticamente disfrutaban de los beneficios de ser socios del casino (más de 600 en 1952): entrada libre para ellos y los familiares de primer grado y para dos invitados, a cambio del pago de una cuota, de la cual estaban exentos los socios honorarios y que daba derecho a asistir a conferencias, verbenas, bailes y espectáculos. El elitismo llegó al punto de permitir hacerse socios a empleados de otras empresas de la localidad, a los médicos y a los farmacéuticos (que no eran empleados de AHV), negando este derecho a los maestros nacionales, precisamente porque no eran empleados de la empresa. La discriminación desapareció en 1958. Como hecho curioso añadiremos que el baile era la atracción más solicitada por los socios. En aquella época era necesario contratar orquestas y cantantes; para ahorrar, músicos aficionados locales fueron contratados, lo que fomentó la aparición de conjuntos musicales porteños, hasta que desde 1957 fuera el tocadiscos el encargado de amenizar las veladas. Los bailes tenían lugar a los jardines entre el Economato i el Casino. Entre los éxitos alcanzados por el Casino en esta primera etapa destacan el patrocinio de todas las fiestas locales (fallas, fiestas patronales de agosto...), de la banda municipal porteña (reanudación desde 1945), de la radio parroquial de San Pedro y la Coral Polifónica (1954) y los conciertos de música clásica con intérpretes de gran nivel. Entre los servicios que se prestaron se cuentan: bar-cafetería, biblioteca (subscrita también a muchas revistas), cine-club (en el cine Victoria), ciclos de conferencias (en el salón de actas del Colegio de Begoña), sala de ajedrez y billar (con torneos muy interesantes)...

 

 b) Casino Recreativo y Cultural de Productores (desde 1968). Con la llegada del desarrollismo económico de España y el aperturismo que supuso la llegada de los tecnócratas del Opus Dei al gobierno, el Casino de AHV cambia de denominación y de estatutos para ser autogestionado y permitir hacerse socios a todos los trabajadores de AHV, sin discriminación. A partir de ahora toda la población podía asistir a los bailes y las demés actividades culturales patrocinadas por el Casino. Se convocaron premios literarios, fotográficos y musicales que, incluso, tuvieron resonancia fuera de la comarca y contaban con participación infantil y juvenil mediante la Escuela de Aprendices y el Colegio Begonya. Se amplió la biblioteca y se creó un Club Filatélico. En 1969 se solicitó un crédito para hacer obras de mejora: cubrición del patio interior, ampliación de la pista de baile, construcción de la terraza y escala semicircular de acceso desde la calle (hasta ese momento solos se podía acceder por la puerta de hierro de la Gerencia, bajo vigilancia). El éxito de público y socios (2.613 en 1974) en un momento donde la televisión todavía era un objeto de lujo, permitió al Casino obtener unos ingresos regularizados suficientes como para contratar conjuntos musicales y cantantes pop de éxito internacional (Camilo Sesto) durante los años 1970-75 y esto planteó la necesidad de construir un nuevo edificio, más amplio, con pistas deportivas para la escuela de tenis y piscina (que no se construyó), en el paseo marítimo, cerca del mar. Después de muchos problemas con las correspondientes concesiones administrativas y el constructor, el nuevo local se inauguró en julio de 1976. Hasta 1985, el Casino organizó conferencias de todo tipo (incluso, una sobre OVNIS), exposiciones pictóricas y fotográficas de gran nivel y vio cristalizar el cine-club Nautilus, varios clubes de teatro, la escuela de tenis, el club GISED de submarinismo. Después, la reconversión industrial y todo aquello que supuso de cambio para el pueblo, convirtió al Casino en un club de jubilados con inquietudes culturales; parece que su atonía ha empezado a remediarse con las entidades que, como lo Círculo de Estudios Porteños y El Ateneo, están muy ligadas al movimiento segregacionista.

 

CONTRAST

Joan Costa Sanz

Antonio Ortiz López

José María Prats Escriche

Ciriaco Galán López (dibujos)

 

Colaboradoras en la edición digital:

Minerva Paz Company

Ana Isabel Suárez Hevia

 

Contactos:

 contrastapips@gmail.com

 

 

El Casino Recreativo y Cultural de AHV. Escalera de entrada.

 

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Dibujo de Ciriaco Galán (1995)

 

 

 

Socios del Casino en la terraza del bar.

 

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Foto de agosto de 1958 (del libro “Memoria Viva del Casino Recreativo y Cultural”, 2002)

 

 

 

Jardines del Casino donde se hacían los bailes y espectáculos.

 

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Foto de R. Velo (agosto de 1956)

 

 

El Casino desde el escenario de los Jardines.

 

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Foto de R. Velo (agosto de 1958)

 

 

 

Patio interior del Casino (lados norte y este)

 

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Foto de R. Velo (agosto de 1958)

 

 

 

Casino: sala de deportes de salón (ajedrez y billar).

 

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Foto de R. Velo (agosto de 1958)

 

El Casino celebrando el centenario de Puerto de Sagunto (noviembre de 2002)

 

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Ilustración del libro Memoria Viva del Casino Recreativo y Cultural, 2002.

 

 

 

 

 

 

 

El discreto y semiescondido lado sur del Casino

 

casino trasera ladrillo visible

 

Foto: Contrast, 2022.

 

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La franja o moldura y los arcos de las ventanas son de ladrillo macizo, pero el mortero de cemento visto a distancia simula perfectamente la piedra.